lunes, 30 de noviembre de 2009

ATILA, EL REY DE LOS HUNOS

Los hunos aparecieron en la escena europea muy avanzado el siglo IV d. C. En el año 376, los godos, huyendo de esos terroríficos nómadas venidos de Asia, pidieron al Imperio romano tierras para asentarse al sur del Danubio, y luego avanzaron hacia Constantinopla. El emperador Valente intentó detenerlos, pero sufrió una terrible derrota en Adrianópolis (378) y murió en el tumulto de ese choque brutal.

Hacia el año 440, Bleda y su hermano menor Atila sucedieron en el trono a Rúas (su tío), quien había unificado a las tribus hunas y había extendido sus dominios hasta las riberas del Rin y del Danubio.

Bleda y Atila se lanzan sobre los Balcanes, toman varias ciudades (Viminacio, Naissus, Margo...) y fuerzan al Imperio romano de Oriente a pagar un fuerte tributo.


Atila asesinó a Bleda y quedó como soberano único del extenso dominio huno.

En 447, Atila invade el Imperio de Oriente con el propósito de tomar Constantinopla. No logra conquistar la ciudad pero devasta gran parte de Grecia, llegando hasta las Termópilas.

En 451, Atila penetra en el Imperio de Occidente y marcha sobre la Galia, donde es detenido por una gran coalición de romanos, visigodos, francos y burgundios encabezada por Aecio.

A inicios del año 452, Atila invade Italia y ataca Aquilea, clave para el dominio norte del país. La ciudad resiste tres meses, y los hunos la arrasan, como harán con Padua.

A orillas del río Mincio, el Papa León I se entrevista con Atila, tras lo que éste se retira de Italia con un gran botín. En su decisión quizás influyen la escasez de alimentos y el rearme del Imperio de Oriente.

Atila regresa a su palacio, más allá del Danubio. Al año siguiente, Atila añadió una nueva esposa a las que ya tenía, la princesa goda Ildico. En la fiesta murió de repente. Borracho y agotado sufrió una hemorragia nasal y se ahogó en su propia sangre durante la noche de bodas, ante la mirada de su aterrorizada esposa.


Tras la muerte de Atila, las disputas entre sus hijos favorecen la rebelión de los pueblos sometidos, y en 454-455 aproximadamente, junto al río Nedao, los gépidos aplastan a los hunos. Los hunos quedaron reducidos a un fantasma del pasado.


3 comentarios:

  1. Muy interesante tu artículo. Te has currado el blog. Enhorabuena, Eva.

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  2. Muy, pero que muy interesante esta historia de Atila, pero alguien sabría contarme porque cuando se habla del Rey de los Hunos siempre se hace alusión a lo siguiente: "POR DONDDE PASA ATILA NO CRECE LA HIERBA"

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  3. La violencia con que actuaba dió lugar a la famosa frase "Bajo los cascos de su caballo nunca más crece la hierba"

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